El Comisario de Agricultura de la UE, Dacian Cioloş quiere condicionar las subvenciones a la agricultura al cumplimiento de normativas medioambientales. Su propuesta ha sido criticada de poco efectiva.
El comisario europeo de agricultura, Dacian Cioloș, tenía grandes planes. Su reforma agrícola iba a ser una revolución verde. Ciolos se propuso poner fin en la Unión Europea a graves daños medioambientales y a una explotación masiva de los recursos naturales. Las propuestas del comisario de agricultura tenían una premisa: condicionar las ayudas públicas al cumplimiento de normativas medioambientales. Los agricultores que recibieran pagos directos de la UE a partir del 2014, recibirían los montos financieros en su totalidad sólo si cumplieran con las normativas medioambientales y de protección a las especies. De no cumplir con estos propósitos se les retiraría hasta un 30 por ciento de las ayudas financieras de Bruselas.
La UE tiene previsto para el 2013 un presupuesto de unos 60.000 millones de euros para el sector agrícola, lo que significa un 40 por ciento del presupuesto total comunitario. Es mucho dinero para un sector responsable de sólo un 5 % de empleos en los países miembros de la UE.
Recursos cada vez más magros
El problema es que los recursos de la UE se reducen año con año. Y con ello se reducen las ayudas a los agricultores. Esto pone a las autoridades comunitarias ante un dilema. Por un lado, los países miembros del este de Europa quieren más dinero. Para los países contribuyentes, los recortes no son suficientes. En noviembre de 2012 fracasaron las propuestas del comisario por la oposición de algunos países miembro. En lo único que hay certidumbre es en que habrá dinero sólo si hay cumplimiento a las normativas medioambientales.
Las ayudas hasta ahora son calculadas de manera muy simple, basándose en la extensión territorial de las empresas agrícolas, sin importar lo que se cultiva o se produce. “Si en Italia alguien siembra maíz, pero durante los últimos cinco años ha cultivado trigo, recibe los mismo mil euros por hectárea de siempre”, lamenta el eurodiputado conservador Albert Dess, miembro del Comité de Agricultura.
“En Alemania los agricultores prefieren recibir menos dinero con tal de no tener que cumplir con más requisitos y burocracia”, explica Dess. Los intereses de los agricultores, desde los pequeños hasta las empresas industriales son muy distintos en cada país, así un agricultor lituano recibe 78 euros mientras que uno en Grecia recibe 575 euros de ayudas. Veinte años tras la eliminación de las fronteras europeas son diferencias muy grandes”, afirma Dess.
Autora: Sabrina Pabst/ EU
Edición: Claudia Herrera Pahl
FUENTE: http://www.dw.de
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