Las personas que promovemos agricultura y consumo ecológico, estamos 100% convencidas en la conveniencia y ventajas de cambiar nuestro hábito de consumo hacia lo ecológico. Las razones objetivas pueden sintetizarse en cuatro palabras que inician con la letra "s" (más sabrosos, más sanos, más seguros y más solidarios).
Las 4 's' de los productos ecológicos
¿Sabían que cada sábado lo primero en agotarse son los huevos y pollos ecológicos en la BioFeria de Miraflores y en el Mercado Saludable de La Molina?
Estos dos productos simbolizan lo incólume que se mantienen nuestros sentidos al identificar que huevos y pollos de crianza ecológica mantienen el real sabor. Quienes aún podemos percibir calidad en el sabor, reconocemos la incomparable diferencia del sabor de los huevos y pollos producidos respetando las leyes de la naturaleza y su etología. Es el resultado esperado de haber utilizado alimentos sin fertilizantes sintéticos ni pesticidas, ni maíz/soya transgénica, como sucede con las gallinas ponedoras y los pollos de carne, que incluso, sus condiciones de crianza en total cautiverio y hacinamiento les genera estrés, provoca enfermedades y el círculo vicioso de recurrir a los antibióticos para evitarlas.
Al igual que huevos y pollos ecológicos, los demás productos tienen la preferencia de las/los consumidores porque son más sabrosos y fraganciosos.
Ligado a lo sabroso viene la segunda "s" de seguridad, pues cuando uno consume productos ecológicos podemos tener certeza que nuestras hijas e hijos consumirán hortalizas, frutas, menestras, granos, ... libres de agroquímicos, como las fumigaciones con potentes insecticidas, fungicidas y herbicidas. Incluso, optar por productos no alimentarios, como las prendas de algodón ecológico nos brinda la seguridad de evitar el uso inadvertido de ropa de algodón transgénico, obtenido con el herbicida glifosato, que las pieles sensibles lo detectan manifestándose en alergias.
Finalmente, si se tratara de productos procesados, los alimentos ecológicos brindan seguridad al prohibirse el uso de aditivos como colorantes, saborizantes, preservantes e inclusive, insumos transgénicos. Por tanto, un procesado de tipo ecológico se procurará de insumos de procedencia ecológica y no utilizará colorantes como la tartrazina ni 'saborizantes' como el glutamato monosódico o el diacetil ni preservantes como el BHT o el benzoato.
En aras de brindar un consumo seguro a sus hijas/hijos, procúreles alimentos ecológicos libres de fertilizantes sintéticos, pesticidas, transgénicos, aditivos.
La tercera "s" se desprende a su vez de la anterior, ya que siendo los alimentos seguros, serán más sanos y nuestro organismo realmente se nutrirá con alimentos saludables de los que se extraerá toda la energía y la vitalidad suficiente para desempañarnos con entusiasmo en nuestras labores diarias.
Si los estudios demuestran que los elementos de los fertilizantes sintéticos, los plaguicidas, los herbicidas conducen hacia la alteración y degradación de nuestras funciones vitales ¿por qué seguirlos consumiendo? y peor aún ¿por qué promoverlos y abogar por ellos?
Ciertamente, qué triste y mezquino interés el motivarse a fomentar una agricultura para la muerte, la muerte de la naturaleza que incluye los recursos naturales y la humanidad.
Los alimentos DEBEN ser nuestra fuente diaria de fortaleza, movilidad, empuje, vivacidad, vigor y longevidad. Es necesario tomar consciencia que los males crónicos y las enfermedades NO son cuestión de azar o la mala fortuna; son totalmente consecuencia de malos hábitos.
Por ello, la cuarta "s" dedica su mirada a la solidaridad. Solidaridad por su respeto hacia el entorno y las personas que la componen, que procura y busca el bienestar colectivo y la construcción de una sociedad con calidad de vida y progreso. Una solidaridad que no se influye, ni admite, ni permite ni es indiferente a la roñería de quienes anteponen sus intereses particulares a la salud de las personas y la salud del planeta.
Solidaridad también con las/los pequeños productores y los sectores menos favorecidos, como las mujeres que atienden a sus familias y de paso se dan tiempo para soñar en mejores oportunidades. La totalidad de las/los productores ecológicos de las bioferias, ecoferias o mercados saludables, son pequeños y viene superando su situación de pobreza gracias al apoyo de consumidores avanzados, como los que acuden cada sábado a comprarles. Las ferias ecológicas locales se constituyen en espacios de oportunidad hacia mejor calidad de vida, tanto para consumidores como para productores.
Una quinta 's' podría agregarse a las anteriores y está ligada a la promoción de la agrobiodiversidad local, pues los principios agroecológicos motivan la 'soberanía' de los productos nativos, y las costumbres y cultura general local.
¿Obligados a pagar mucho más por consumir sabroso, seguro, sano?
Consideramos que ello es un mito o en todo caso una confusión con políticas de sociedades no peruanas. En Alemania y otros países europeos se estila el bioplus, que es un reconocimiento y valoración a la dedicación de los pocos productores de campo a obtener alimentos saludables, cuidando el ambiente. Tal reconocimiento se expresa en un precio especial y motiva a los pocos productores de campo a mantenerse en tal actividad para beneficio de una mayoría que vive en la ciudad.
Aplicar el bioplus a una realidad peruana sería suicidio y el sentido común es suficiente para desestimarlo.
Lo que observamos objetivamente, es que los precios de los productos en las ferias ecológicas, se construyen principalmente sobre los costos de producción. Son muy pocos los casos en que los productores ecológicos aprovechan la oportunidad para poner precios altos a sabiendas que el mercado les pagará más.
En concreto, por ejemplo, en el Mercado Saludable de La Molina (conformado por los ex bioferiantes de Surco), las hortalizas, ya sea la unidad o el atado, se venden a un sol; ahí tenemos gran parte del abecedario verdulero acelgas, beterragas, cebollita china, espinacas, lechugas, nabos, pimientos, rabanitos, zanahorias (sólo mencionando una hortaliza por letra). Si hablamos de kilos, las papas (blancas, amarillas) no pasan de 2,50 y un brócoli o coliflor medianos suelen costar 2,00 soles. Todos los atados de hierbas aromáticas se venden a un sol y lo más caro es el kilo de tomate que puede llegar a costar 4 soles. Si recordamos que la base de la pirámide nutricional nos alienta a consumir, sobre todo, vegetales como fuente de vitaminas, minerales y enzimas, ya tenemos gran parte de la misión cumplida.
En el extremo de dicha pirámide encontramos a las proteínas de origen animal y obtenerlas de forma saludable y respetuosa implican costos mayores. Obtener de forma ecológica, un kilo de pollo o un kilo de huevos, es comparativamente más costoso. Un pollo ecológico consume alimento durante 16 semanas a diferencia de su similar NO ecológico que debe salir al mercado a las siete. Una gallina ponedora ecológica consume alimentos durante cerca de un año antes de poner su primer huevo. En pocas palabras, la crianza ecológica no se rige por la conveniencia de la producción "en serie", que busca reducir costos para hacerse más "competitiva". La crianza ecológica procura obtener alimentos de calidad ciñéndose a la fisiología del animal. Afortunadamente, al ser alimentos ubicados en el tope de la pirámide nutricional, no los requerimos en cantidad.
Repasando otros productos, de orden más indispensable, como los aceites, en el Mercado Saludable de La Molina podemos encontrarlos y de excelente calidad; asegurando una extracción de primera prensa en frío (tal como deben obtenerse las grasas aptas para consumo humano y de las cuales tendremos alta calidad de energía). Así tenemos aceites de oliva, ajonjolí, castaña, pecanas, palma, linaza a precios más que competitivos. En el supermercado, un litro de aceite de oliva ecológico está a 80-90 soles, en el Mercado Saludable de La Molina, a 30 soles.
Como último comentario sobre el "precio". ¿Qué preferiría usted... pagar ahora un poquito más por productos ecológicos (sabrosos, sanos, seguros) o sostener mañana a la gran industria de los laboratorios, clínicas, médicos? En otras palabras ¿qué prefiere, prevenir hoy con una alimentación saludable o lamentarse mañana con paliativos médicos?
Datos adicionales
Los 60 mil productores ecológicos peruanos abastecen el mercado local, y (gracias a una gran organización, en más de 300 asociaciones y cooperativas) al mercado mundial, así vienen exportando alrededor de 300 millones de dólares al año, trayendo divisas para el Perú y generando imagen positiva para nuestro país.
Una diferencia entre el mercado local y el de exportación se da a nivel de la diversidad en la oferta. Mientras para satisfacer el mercado local se han debido incorporar a la canasta ecológica más de 700 productos distintos (que se expenden en la BioFeria de Miraflores, en el Mercado Saludable de La Molina y en 20 ferias ecológicas regionales y diversas biotiendas), al mercado internacional llegamos con una poquísima variedad que puede enumerarse en una lína (café, banano, cacao, mango, frutos secos, granos andinos, aceites esenciales). Siendo una debilidad también indica un gran potencial, pues los seis productos estrella que representan el 90% de nuestras exportaciones ecológicas, podrían ser la locomotora que jale al resto de los otros 700 productos existentes.
Finalmente, si de aprovechar oportunidades se trata, sumémonos al boom gastronómico promovido por APEGA y Gastón Acurio, una alianza estratégica que debemos procurar los productores ecológicos y nosotros sus promotores.
Silvia Wú Guin y Fernando Alvarado de la Fuente - Fundadores (como parte del movimiento agroecológico peruano) de la BioFeria de Miraflores y del Mercado Saludable de La Molina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario