Acabo de pasar por la
experiencia de solicitar un crédito agrícola entusiasmada por las
políticas oficiales, que obligan a la banca privada a ser
corresponsables y contribuir con sus aportes para mejorar la agricultura
en nuestro país. Entusiasmada también para incrementar la ganadería,
instrumentar la inseminación artificial, sembrar de pasto las sabanas.
Todo ello para asegurar un aumento en la producción de carne, y
contribuir a satisfacer la demanda nacional. Pero nuestro entusiasmo
chocó con las "políticas" del Banco Provincial. Las exigencias de
garantías 2:1, que nos obligan a hipotecar propiedades por un valor no
menor de 1.800.000 bolívares, además de exigir un sólido patrimonio que
avale el crédito. Necesitábamos ser los clientes perfectos para una
banca que no arriesga y que se compromete solo de la boca para afuera,
con las leyes de este Gobierno Bolivariano. Una banca que nos mostró un
pésimo manejo administrativo, falta de información veraz y oportuna,
falta de transparencia sobre sus políticas. Luego de cuatro meses de
esperanza frustrada, metas interrumpidas, invierno perdido, proyectos
ofrecidos al INTI como garantía de mejoramiento en la producción, la
solicitud de crédito, producto de procedimientos viciados, es finalmente
negada. ¿Es de esta forma cómo la banca privada se ciñe a las políticas
emanadas del Gobierno Nacional en materia agrícola? ¿"Acatando" las
leyes pero aplicando sus políticas estranguladoras? ¿Retrasando el
proceso para hacer perder al productor la oportunidad de aprovechar el
invierno, la siembra oportuna? ¿Será que pretenden contribuir con la
crisis de España a costa de los dineros y de las garantías de los
venezolanos? Como productores, insistiremos en los programas públicos,
abordaremos otras posibilidades que nos ofrece el Gobierno Bolivariano.
Pero no es la idea. No podemos avalar la pantalla del Banco Provincial
que dice SÍ al Gobierno y solapadamente NO a los productores: un NO al
exigir garantías de 2:1; un NO al dejar trascurrir el tiempo de siembra;
un NO al exigir balances perfectos y patrimonios irrefutables. Deben
revisarse las políticas crediticias del Banco Provincial y de otras
instituciones privadas que incluso piden, como garantía, dólares en el
exterior. Exigirle a la banca privada que el otorgamiento de créditos
esté en verdadera sintonía con los planes de desarrollo económico y
social del país.
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