jueves, 16 de diciembre de 2010

Manejo del cultivo de pimiento bajo invernadero

 Estado de plántula
 La semilla de pimiento no presenta ningún tipo de dormición, por lo tanto para su germinación solo necesita de agua, O2 y temperatura.

De todas maneras, se puede observar cierta disparidad en la energía germinativa en un mismo lote de semillas, ello podría deberse a diferencias en la senescencia seminal.

Algunos autores , lograron inducir una germinación pareja con la aplicación de giberelina. Pero las giberelinas que mejor se comportan son las A G4+7. Estas giberelinas inducirían la degradación de las sustancias de reserva (almidón),por promover la formación del ARN correspondiente a la síntesis de las amilasas, con ello la semilla tendría suficientes carbohidratos simples para estimular el crecimiento del embrión.

Para inducir la germinación también puede ser utilizada la técnica de osmorregulación, que ya fue explicada para tomate.

Si bien, al igual que el tomate, se puede sembrar en speedling o en macetas plásticas, son recomendadas estas últimas debido a que la planta de pimiento tiene un crecimiento más lento que la de tomate, con el mayor volumen de tierra que contiene la maceta, permite que la planta permanezca en ella hasta 45 días, con temperaturas óptimas de crecimiento (20 a 25º C). En este estado las plantas deben tener entre 7 y 9 hojas y es conveniente que aún no se observe el primer botón floral. Si al momento del transplante se observa que la planta es alta y delgada se podría deber a dos posibles razones. La primera es generalmente la más común, es que las macetas estuvieron muy juntas y las plantas recibieron poca luz. También las temperaturas elevadas pueden ser responsables. 

Antes de realizar el transplante, es conveniente dejar de regar para que se desarrolle más el sistema radicular. esto ocurre porque al entrar en estrés hídrico se sintetiza ácido abscínico (ABA), que más allá de inducir el cierre estomático hidroactivo, produce una disminución del crecimiento de la parte aérea y un mayor desarrollo radicular

 También la deficiencia de N2 en este estado permite que el sistema radicular se desarrolle más que las hojas, esto estaría relacionado con un aumento en la síntesis de ABA y una disminución en el contenido de cinetinas.

 Estado vegetativo
 El pimiento, sobre todo las variedades dulces tienen unas exigencias en temperaturas mayores que el tomate. Su desarrollo óptimo se produce a temperaturas diurnas entre 20 y 25º C y nocturnas de 16 a 18º C. Por debajo de los 15º C su desarrollo se ve afectado y deja de crecer a los 10º C. Las variedades picantes, en general son menos exigentes a los requerimientos térmicos.

Las humedades relativas entre 50-70%, son ideales para un óptimo crecimiento. Humedades relativas mayores pueden traer problemas de enfermedades y menores con temperaturas altas pueden provocar excesiva transpiración y conducir a la caída de flores. Es necesario que la planta genere una buena corriente transpiratoria, para mejorar l;a captación de los nutrientes por flujo nasal. De esta manera se puede mejorar la absorción activa de sales por parte de las raíces.

Cuando se realiza el transplante, generalmente se rompen algunas raíces y si el transplante se realiza durante los meses de mayor temperatura y con mulching, es frecuente observar que la planta se retrasa notablemente. Para apalear estos problemas, se suele inducir al final del crecimiento en la maceta, la formación de raíces y detención del crecimiento de la parte aérea. En algunos casos se resuelve transplantar primero y posteriormente, cuando las temperaturas son inferiores colocar el mulching, si bien esto es muy trabajoso y se corre el riesgo de quebrar plantas.

También se puede aplicar clormecuat o 2, 3, 5 triodo-benzoico, sobre plantas jóvenes para disminuir el crecimiento y favorecer la emisión de raíces y acelerar la floración. Estos reguladores de crecimiento inducen un proceso de endurecimiento, lo que permitiría una mayor resistencia al estrés hídrico, salino y térmico. De todas formas estas aplicaciones dan resultados algo contradictorios, siendo algunas aplicaciones satisfactorias y otras no tanto.

Otra opción es retrasar la siembra, para que en el momento del transplante las temperaturas no sean tan altas. Si bien ello puede traer como consecuencia que se produzca la antesis floral en momentos que las temperaturas ya son bajas. Esto ocurre especialmente en zonas, donde los cambios climáticos son abruptos entre el fin del verano y el otoño.

Una vez realizado el transplante pasan algunos días hasta que se retoma el crecimiento, luego la planta sigue formando hojas (8-12) y posteriormente se desencadena la floración. Los brotes que salen de las axilas foliares, se eliminan hasta la cruz. Esto permite manejar correctamente la competencia por asimilados y además se logra una mejor ventilación cerca del suelo, lo que mejora el control de enfermedades.

 Floración y fructificación 
La inducción de la floración en plantas de pimiento no es afectada por el fotoperíodo, la inducción se realiza fundamentalmente por sumas térmicas, luego que la planta produce entre 8 y 12 hojas según la variedad o híbrido. Es importante que la antesis floral se realice cuando las temperaturas son óptimas.

En la zona hortícola Santafecina, se realiza el cultivo de pimientos bajo invernáculos no calefaccionados durante los meses invernales. Las temperaturas se caracterizan por ser adecuadas durante el día y desfavorables durante la noche.

Era común que en la zona se implanten los cultivos en los meses de marzo y abril. De esta manera las primeras flores entraban en antesis cuando las temperaturas nocturnas son bajas. Las plantas cultivadas bajo estas condiciones presentan flores que caen, otras que forman frutos normales y el resto produce frutos partenocárpicos, los que pueden ser chatos y deformes y de bajo o nulo valor comercial.

Las temperaturas óptimas durante el día, se logran sin inconveniente, pero las temperaturas nocturnas (dentro del invernadero) frecuentemente son inferiores a 10º C llegando a temperaturas de -3º C o menos. En esta región se comienza intentar calefaccionar a 15º C, de esta manera los problemas disminuirán. De todas maneras es común la práctica de calefaccionar solo para la lucha contra heladas.

Hace más de medio siglo que Cochram señaló a la temperatura como el factor ambiental más importante en la floración y fructificación en las plantas de pimiento. Cuando la planta es joven y recibe temperaturas inferiores a 10º C se produce la caída de flores. Pero en plantas de más de cien días de edad se realiza el establecimiento a menos de 8.5º C. A altas temperaturas (35º C) se induce la caída de flores, supuestamente relacionada con el estrés hídrico.

En plantas que presentan una buena masa foliar, las fluctuaciones de temperatura entre 35º C de día e inferiores a 10º C durante la noche, producen frutos que normalmente son partenocárpicos y deformes.

Estas deformaciones también fueron observadas en frutos seminados, pero es menos frecuente.

Los diferentes cultivares responden en forma distinta a bajas temperaturas nocturnas, cuando se presentan combinadas con otros factores ambientales limitantes como: baja intensidad luminosa y fotoperíodo corto o mal estado nutricional.

Cuando se realiza un examen anatómico a frutos formados a bajas temperaturas , se observa la falta de semillas que no corresponde a una falta en la cantidad de polen, sino al lento crecimiento del tubo polínico en el estilo y la parte superior del ovario. De todas maneras el polen estimularía el crecimiento del ovario. También se observa que los pétalos no se abren, los estambres son más cortos y el ovario es de mayor tamaño. Estos frutos frecuentemente presentan poco crecimiento estilar, quedando deprimido el extremo apical y el desarrollo de la placenta es pequeño.

También pueden encontrarse estambres carpeloides que continúan creciendo luego de la antesis, todo ello conduce a un fruto deforme de bajo o nulo valor comercial.

La influencia de la temperatura sobre el modelo morfogénico en las flores de pimiento, podría ser explicado por medio de los cambios que se producirían en contenido endógeno hormonal. Muchos supusieron que la solución al problema sería similar a la caída de flores en tomate, para lo cual la aplicación de auxinas y giberelinas a las flores acabaría con el problema.

En nuestras experiencias no se pudo lograr la estimulación del crecimiento de los frutos en condiciones normales, cuando se los cultivaba a bajas temperaturas. Ni la aplicación de auxinas ni giberelinas mejoraron el crecimiento de los frutos.

Suponemos que las bajas temperaturas modifican el patrón de crecimiento del cultivo y en especial el de los frutos. Cuando las temperaturas nocturnas descienden por debajo de los 15º C comienza a afectarse el crecimiento de los brotes y hojas, y las flores no se abren, pero los frutos establecidos continúan creciendo y los nuevos frutos que se establecen normalmente son partenocárpicos de forma normal.

Cuando las temperaturas descienden hasta 5 o 3º C, se produce un daño en los ovarios de los frutos que en ese momento se establecen y cuando crecen presentan las deformaciones ya comentadas. Si las temperaturas descienden aún más, hasta -1º C, se presentan daños por heladas, que son de diferente magnitud, dependiendo de la edad de la planta y si ésta sufrió algún proceso de endurecimiento.

Es recomendable que las siembras se realicen temprano, a principio de enero en la región de Santa Fe. De esta manera la tasa de crecimiento vegetativo es alta hasta la antesis de las primeras flores . En este momento las temperaturas nocturnas son aún altas, lo que permite un adecuado establecimiento de los primeros frutos. Posteriormente cuando las temperaturas descienden hasta 3 o 5º C y las tasas fotosintéticas ya no son demasiado altas, el crecimiento vegetativo disminuye y solo se mantiene el crecimiento de los frutos ya establecidos. En primavera cuando los primeros frutos han finalizado su crecimiento y las condiciones de luz y temperatura mejoran, comienza nuevamente a incrementar el área foliar y el establecimiento de nuevos frutos.

En invernaderos de la FAVE se están haciendo ensayos, combinando calefacción con la aplicación de ácido giberelico al follaje. La giberelina induciría una estimulación de los brotes, estos se mantendrían creciendo a menores temperaturas, con el posible ahorro de combustible para la calefacción.

De contar con calefacción económicamente viable, la estrategia de producción del cultivo podría variar. La siembra podría realizarse más tarde, cuando las temperaturas no comprometen el transplante y cuando la radiación ya sea menor. De esta forma se podría mejorar la interceptación lumínica. En el momento que las plantas aumenten en forma exponencial su área foliar, la radiación incidente también comenzaría a aumentar (primavera). Ello permitiría que en los momentos de menor intensidad lumínica (invierno), el cultivo presente un bajo índice de área foliar, lo que evitaría el autosombreamiento de las hojas. De todos modos, se plantea realizar el cultivo durante los 12 meses del año, comenzando la siembra más tarde y finalizando el cultivo al año siguiente.

 Este plateo de cultivo, presentará las dificultades de ventilación y refrigeración de los invernaderos durante el verano, para ello se podrá recurrir a las técnicas de sombreamiento, ya sea con mallas comunes o pantallas, o a la aplicación de agua pulverizada en micro gotas (sistema fog) para favorecer la evaporación y su posterior extracción del invernadero. Es conveniente para favorecer la refrigeración del invernadero, tener un cultivo con un IAF alto.

Es común que algunos productores, extraigan el primer fruto con la idea de obtener una planta de mayor tamaño . El crecimiento rápido de los frutos hace disminuir el crecimiento vegetativo. Esto es más marcado en una planta de poca área foliar, pues presenta poca tasa fotosintética y por ende la competencia entre los destinos es más marcada. Nosotros recomendamos la extracción del primer fruto si las condiciones de fotosíntesis se ven disminuidas ya sea por poca área foliar o factores adversos de luminosidad o temperatura.

No de debe confundir las causas de abscisión floral con la falta de crecimiento o deformaciones de los frutos. Algunas plantas suelen presentar un excesivo crecimiento vegetativo y una completa caída de las flores y frutos en las primeras ramas florales. Esto puede deberse a que el crecimiento vegetativo aumente porque las flores abortan, o por el contrario, que las flores se caen porque el crecimiento vegetativo es exuberante. Pensemos que lo más común es esto último en el caso de pimiento. Ello puede deberse a que en el momento de antesis floral o algo antes, las condiciones favorezcan el crecimiento de la parte vegetativa, ya sea por buenas condiciones hídricas y una relación N-K muy alta. Además, si se produce la caída de flores y la fotosíntesis es baja, este efecto se puede acrecentar. La fotosíntesis puede disminuir por baja luminosidad, y al encontrarse con alto contenido de N, se privilegia la síntesis de proteínas que conducen al crecimiento foliar y no permiten el crecimiento reproductivo de las flores siguientes.

En experiencias de poda de los brotes superiores a la primer flor, como sugieren algunos autores, no se observaron ventajas, ni en el crecimiento de los frutos ni en el crecimiento de las otras partes de la planta. Esto es debido a que la planta misma detiene el crecimiento de las ramificaciones que van hacia el centro de la planta donde están más sombreadas, parecería entonces que ocurre una poda natural.

Fuente: INTA

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