No se puede negar que son una rareza, ya que se estima que sólo existen 24 de ellas en todo el mundo. Se trata de las vacas panda, llamadas así porque son blancas y negras, y su distintivo pelaje está distribuido de la misma manera que el de un oso panda: cuerpo negro con una franja blanca alrededor de la "cintura", cara blanca y dos manchas negras en los ojos.
Creadas por medio de la manipulación genética, las están promoviendo como mascotas exóticas. Claro que nada menos que por la friolera de alrededor de $30,000 cada una.
El ternero que aparece en la foto -llamado Ben y nacido hace poco en Colorado, Estados Unidos- nació de una vaca Lowline Angus en una granja donde, también, han criado otro ganado miniatura, además de un canguro enano.
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