Junta prevé campaña de aceituna con 130 millones de kilos

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Para el delegado provincial de Agricultura, la de este año, será una campaña media, pero el fruto es de mayor tamaño y muy sano, lo que supondrá un aceite de «muchísima calidad»

Pistoletazo de salida de la campaña de la aceituna en la provincia de Toledo en la variedad de aberquina, que proseguirá con la recogida de la picual en quince días y a finales de diciembre la cornicabra, la más extendida en las explotaciones agrícolas. De manera similar al año pasado, se prevé una campaña media, donde se recogerán alrededor de 130 millones de kilos de aceituna de entre las 115.000 hectáreas de olivar existente. 

Ayer, el delegado provincial de Agricultura, Gustavo Martín y el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Mora, acudieron a la finca Ramabujas, en Toledo capital, para ver cómo se desarrolla el inicio de esta campaña, que año tras año se está mecanizando más, lo que supone que no se precisará de mano de obra inmigrante para su realización. 

De esta manera se expresaba Martín quien dijo que habrá zonas en las cuales las cifras sean más favorables a las del año pasado, como el caso Belvís de la Jara, Navalmorales y Navahermosa, mientras que en la zona de Mora, debido sobre todo a la climatología del invierno, la campaña va a ser menor. 

Pero lo positivo es que el fruto que se recoge en esta nueva edición está muy sano y tiene un tamaño mayor que en otras ocasiones y «si tenemos la suerte de que hasta que haya la recogida no hay fuertes heladas, este año vamos a obtener un aceite de muchísima calidad en la provincia de Toledo y en toda Castilla-La Mancha».

En la provincia la mayoría de las explotaciones han plantado la variedad cornicabra y la aberquina se va haciendo su hueco con 1.000 hectáreas hasta el momento. Esta variedad proviene de Cataluña, pero «esta tierra nuestra le da una identidad diferenciadora», explicaba Martín. 

El cultivo de olivas es, por normal general, complementario a otras actividades dentro de la explotación y la media de agricultores de Toledo cuentan con un espacio de una o dos hectáreas para este fin.

Aunque las máquinas, a través de vibradores o con cosechadoras, llegan al campo toledano, todavía el regadío supone solo un 2% del total de las explotaciones.

En esta línea, el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Mora, se posicionaba a favor de que el agua regional se quede en los regadíos de la tierra y no se vaya a otros puntos del Levante, ya que con el agua, dijo, «las producciones mejoran muchísimo. Las fincas que tienen regadío tienen mayor producción y más posibilidades y por tanto nosotros tenemos el derecho a reivindicar nuestro agua y decirle a Murcia y a Valencia que ya está bien de que al agua que transcurre por nuestra tierra tenga que ir a otras tierras».

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