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La lechería está registrando crecientes niveles de productividad. Según los últimos controles lecheros, aprobados por la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA), hay cuarenta vacas de los tambos del establecimiento La Josefina, de Juan José Blaquier, que producen entre 70 y 90 litros. Su mejor vaca obtuvo durante el mes de setiembre un promedio de 95 litros, lo que significa un record internacional para una producción de tambos no estabulados.
En La Josefina, ubicada en San Antonio de Areco, la alimentación de las vacas es a base de pasturas de alfalfa, trébol rojo, rye grass, cebadilla y pasto ovillo. Manejan el pasto en parcelas diarias subdivididas en microparcelas para que tengan pasto nuevo cuatro veces al día. En el verano se les lleva agua a las parcelas con tanques conectados a bebederos portátiles, según explicaron en el tambo. Se suplementa con silo de maíz entre 5 y 15 kilos por vaca durante todo el año. Además, se agrega entre 3 y 4 kilos de burlanda con 3 a 4 kilos de maíz partido, según las necesidades y la época del año. Se complementa con un balanceado proteico con sales minerales a razón de 2 kilos por ordeño.
La ración preparto, un mes antes del parto, se destina a un lote piquete, donde comen 22 kilos de silo más rollos a base de gramíneas a voluntad.
Se ordeñan aproximadamente 200 vacas en cada uno de los dos tambos que tiene La Josefina. El promedio diario del total del rodeo es de 35 litros. Pero, evidentemente, la herramienta más significativa que tienen en La Josefina es la altísima calidad genética de su rodeo. Las altísimas producciones individuales que se obtienen mucho le deben a un trabajo constante de mejoramiento a lo largo de los años.
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