Me ha llamado la atención que en años recientes varias de las mayores iniciativas de transformación del aparato productivo en nuestro campo han surgido de empresas globales cuyas oficinas no están en México, sino en Europa o en Estados Unidos.
¿Dónde están los empresarios mexicanos que quieren cambiar el campo? No los veo. Por el contrario, firmas como Nestlé o Starbucks han convocado en época reciente a cadenas productivas de cafetaleros, por ejemplo, para integrarlos a programas de cultivo productivo y comercio justo. Han sido grandes historias.
Pues bien, una iniciativa adicional será lanzada hoy. La mujer india Indra Nooyi, cabeza mundial del grupo de alimentos PepsiCo, viene a poner en marcha un programa de agricultura sustentable, en el que se auxiliará a agricultores de la cadena de producción de girasol.
De acuerdo con la empresa: “Los productores de la base de la pirámide recibirán financiamiento y soporte técnico para reactivar este cultivo que había dejado de sembrarse comercialmente en México. De la semilla de girasol se obtendrá aceite alto oleico, bajo en grasas saturadas y saludable para el corazón, que PepsiCo utilizará en la elaboración de productos de las marcas Sabritas y Gamesa-Quaker”.
PepsiCo comprará el cien por ciento de la cosecha.
Este tipo de iniciativas suelen estar ya muy bien estructuradas. Es el caso también de la de Pepsico. En esta ocasión, Luis Alberto Moreno, del Banco Interamericano de Desarrollo, asistirá hoy a Los Pinos para dar el respaldo de su institución a la iniciativa, a través de garantías parciales de crédito. Asimismo, una microfinanciera de nombre Agrofinanzas facilitará el capital de trabajo.
Indra Nooyi es una de las personalidades de negocio más destacadas del planeta. A su vez, Pepsico ya tiene 49 plantas en México y 55 mil empleados. Recientemente anunció una inversión de 3 mil millones de dólares.
Quien no quiera ver la valía de una corporación haciendo negocios con estas novedosas estructuras —que vinculan a una empresa global directamente con el agricultor mexicano— es porque prefiere el mundo del prejuicio y la descalificación. Eso sí, habría que decir que afortunadamente esas voces cada vez más son minoría…
FUENTE: http://impreso.milenio.com/
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