jueves, 21 de abril de 2011

Argentina: En busca del pasto perdido

Con los actuales valores, la inversión en pastura se puede recuperar en tres meses, según la Cámara de Semilleristas

La siembra de pasturas perennes para la presente campaña de otoño 2011, representa una oportunidad de recomposición de recursos forrajeros única desde la última década. Hoy, la inversión para la siembra de una hectárea de pastura puede recuperarse en los primeros meses de producción de carne del campo, según la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Si se analizan los costos de implantación de una pastura perenne de base festuca alta durante los últimos tres años, en términos de su inversión en pesos y kilogramos de carne por hectárea, 2011 será el año más eficiente.

De acuerdo con los números de la cámara, el costo de siembra de la pastura será de 893 pesos por hectárea, lo que equivale a 117,50 kilos de carne, por debajo de los 142,17 kilos del año pasado -17,6%- y lejos de los 290 kilos de 2009: 40%.

Según la Cámara de Semilleristas, los 117 kilos de carne necesarios para recuperar la inversión en la siembra de pasturas son posibles de recuperar con los primeros tres meses de producción del recurso.

"Un modelo productivo eficiente debería incluir en su inversión un costo de manutención anual de la pastura que involucre el uso de fertilizantes y control de malezas e insectos. Y también resultaría lógico presupuestar una intersiembra de especies forrajeras al tercer o cuarto año de la pastura", sostienen desde la entidad.

Al analizar los costos totales involucrados en la inversión, durante los cinco o seis años definidos como objetivo de producción se puede comprobar que las semillas forrajeras representan 15% del total de la inversión a lo largo de los años y el rubro fertilizante resultaría el de mayor impacto, con una respuesta más que comprobada de la producción de materia seca.

"Con la realidad actual, la forma más eficiente de producir pasto y acceder al excelente negocio ganadero que se presenta, no es ahorrando costos sino incrementando la eficiencia productiva. Producir alta cantidad de pasto, materia seca y luego su transformación a producto animal", sostiene la Cámara, que se pregunta: ¿qué sentido tiene ahorrar en la inversión en semillas forrajeras, cuando su impacto final en la inversión total es tan bajo?
Además de analizar en profundidad la inversión a realizar en la siembra de pasturas, resulta clave definir los objetivos buscados. ¿Cuál es el nivel de producción de materia seca que se le demanda al recurso y vinculado al objetivo de producción animal final?

Negocio en el tiempo

Basado en casos productivos verídicos, se puede estimar la composición global del negocio que utilizan productividades de pasto reales, eficiencias de aprovechamiento y de conversión de materia seca a carne que se obtienen en planteos eficientes de producción.

Con una producción de 11 mil kilos de materia seca por hectárea (con un costo de 0,041 peso el kilo), una eficiencia en el aprovechamiento del 60% y una producción de carne de 500 kilos por hectárea, es posible obtener al sexto año del recurso una margen carne/pasto por hectárea de 3726 pesos.

Para los semilleristas, la realidad actual productiva no sólo proyecta la obtención de rentas históricamente alentadoras en la producción ganadera, sino que permite realizar una efectiva competencia con otras producciones agropecuarias. Aseguran que no sólo posibilita abrir nuevos horizontes a las nuevas tierras ganaderas -ampliación de fronteras hacia zonas marginales- sino también genera un excelente escenario para las tierras con aptitud agrícola.


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