Investigadores del INIA quieren determinar las condiciones de productos agrícolas y pecuarios en regiones de riego y secano.
Por Alejandra Clavería
Expertos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) del Ministerio de Agricultura comenzaron a medir la huella de agua de los nueve productos agrícolas y pecuarios de mayor impacto comercial y económico del país, como parte de una investigación que busca determinar las condiciones en distintos ambientes agroclimáticos de riego y secano, y así elaborar fórmulas que permitan utilizar el agua en forma más eficiente.
La idea del proyecto es descubrir el volumen de agua usada y contaminada, la localización geográfica y el momento del año en que ésta es utilizada para el cultivo de la palta, uva pisquera, uva de mesa, carozo, leche de vaca, carne de ovino, remolacha, tomate industrial y tomate fresco.
La huella de agua total de un producto considera la suma de la huella azul (agua superficial o de pozo que se utiliza para regar), la huella verde (agua de lluvia), y la huella gris (agua contaminada), y se expresa en términos de volumen utilizado para producir un kilo de producto. El indicador puede reflejar, por ejemplo, una sobrexplotación de las reservas de agua subterránea o mostrar el grado de polución que sufren los acuíferos. “La idea es que el agricultor use bien el recurso hídrico y produzca más con menos cantidad de agua, teniendo un indicador que le permita medir su huella de acuerdo a la zona en donde tiene sus plantaciones”, comenta Alfonso Osorio, director del proyecto.
Alimentos rotulados
Pero además de potenciar el uso racional de este recurso, la iniciativa permitirá enfrentar las posibles restricciones que podrían tener los productos chilenos que no estén rotulados con el sello de huella del agua. “Medir nuestra huella hídrica puede transformarse en una forma de diferenciación de la industria agrícola chilena que exporta. Así podemos decir, por ejemplo, que las lecherías de Chile son eficientes en el manejo del agua y eso puede hacer que los mercados internacionales nos prefieran”, dice Francisco Salazar, investigador del INIA Remehue, ubicado en Osorno.
La opinión es compartida por Raúl Ferreyra, investigador del INIA La Cruz, quien señala que rotular los alimentos podría ayudar a su comercialización, ya que los consumidores de hoy tienen un mayor nivel de conciencia y prefieren los productos que han sido generados en ambientes más sustentables.
FUENTE: http://www.df.cl/
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