viernes, 28 de enero de 2011

Huella molecular diversificará alimentos




Para garantizar el suministro de alimentos y hacer frente a los desafíos globales actuales, los científicos acelerarán en los próximos años los avances en mejoramiento vegetal y desarrollar nuevos rasgos con la ayuda de la biotecnología. Investigadores de Bayer CropScience están sometiendo a sus plantas a un estricto programa de puesta a punto con ayuda de la más avanzada biotecnología y de los métodos de mejoramiento más novedosos: mediante una selección de vegetales aún más específica y unos cruzamientos más efectivos con el fin de crear unas variedades más resistentes y de mayor rendimiento.

Y es que la escasez de suelo y de alimentos será cada vez mayor. En el año 2025, cada hectárea de tierra  cultivable —una superficie equivalente a un campo de fútbol— deberá alimentar a cinco personas, cuando en 1960 alimentaba solamente a dos. No obstante, el aumento de la población mundial es solo uno de los desafíos actuales, pues mientras el crecimiento anual se cifra en unos 80 millones de personas, la superficie de pastizales y tierras cultivables continúa siendo prácticamente la misma.

Los bioquímicos y los especialistas en genética complementan con nuevas técnicas y de manera decisiva el trabajo de los mejoradores: «Gracias a la biotecnología, el mejoramiento vegetal actual puede adentrarse en las interioridades de la planta, desde las hojas, ramas y raíces hasta lo más profundo de cada célula, el material genético ubicado en su núcleo», explica el Dr. Johan Botterman, responsable de investigación de productos de la división Biociencias de Bayer CropScience.

Los equipos interdisciplinarios especialistas en semillas hortícolas, someten, por ejemplo, a las plantas de arroz, algodón, colza y tomate a un verdadero programa de puesta a punto: mejoran su sabor, su conservación y sus posibilidades de transformación; y aumentan su tolerancia a condiciones extremas, como la sequía, las heladas o la falta de nutrientes, o incluso a los insectos dañinos y las enfermedades.



«Queremos hacer algo más que suministrar a la población mundial suficientes alimentos de alta calidad a precios asequibles», afirma Botterman. Las plantas del futuro deberán adaptarse mejor a una agricultura ecológica y compatible con el clima, es decir, que requiera de menos agua y ofrezca mayores rendimientos.

Para ello, los investigadores combinan las técnicas biotecnológicas y una amplia experiencia de muchos años como mejoradores en procesos de cruzamiento y selección. La ingeniería genética (la primera ola de la biotecnología vegetal) añadió sobre todo muchos genes individuales al patrimonio genético de numerosas plantas de cultivo; en cambio, las nuevas técnicas de selección están más enfocadas a mejorar características ya existentes y en un lapso más breve. Con los métodos de mejoramiento tradicional se tardaba en desarrollar una variedad en torno a 10 años; hoy, el empleo de la biotecnología puede acortar este proceso de selección a la mitad de tiempo.

La ingeniería genética y otras herramientas de la biotecnología ya han aportado cambios fundamentales a la investigación vegetal. La ingeniería genética de las plantas se ocupa, entre otras cuestiones, del control de plagas y malezas mediante la resistencia a los insectos y la tolerancia a herbicidas, por un lado, y de las características de las plantas, por otro. Hoy, los investigadores y fitomejoradores trabajan aún más intensamente en la mejora de rasgos como la tolerancia a condiciones extremas, por ejemplo, la sequía y la falta de nutrientes o de luz, y en incrementar el rendimiento y la calidad mediante la biotecnología.

Uno de los métodos de mejoramiento que los investigadores están utilizando es la denominada mejora molecular. Con esta técnica, los trabajos del mejorador y del investigador de ciencias vegetales se complementan más estrechamente: «Gracias a los avances en biología molecular, hoy es posible describir las características de las plantas basándose en sus genes. Cuanto más sabemos de las plantas gracias a la biotecnología, más capaces somos de reconocer qué mecanismos y, con ellos, qué redes genéticas constituyen la base de determinados rasgos», explica Botterman. El análisis molecular en el laboratorio permite a los investigadores de Biociencias observar con mayor precisión —a nivel genético— lo que diferencia a cada planta en un programa de mejoramiento.

El denominado análisis de marcadores moleculares crea una huella genética que identifica y describe las características de cada planta concreta, del mismo modo que un código de barras identifica un producto. Mediante esta técnica, los investigadores de Bayer pueden descubrir cómo influyen, por ejemplo, determinadas condiciones medioambientales sobre el rendimiento de los cultivos.


Aún hay otra ventaja más: «Con la ayuda de los marcadores moleculares podemos hacer búsquedas simultáneas de varios genes y, con ellos, de varias características de una planta», señala Benjamin Laga, uno de los jefes de grupo del equipo de genética de la división Biociencias de Bayer CropScience en Gante (Bélgica).

Ciertos rasgos especiales, como una mayor eficiencia fotosintética y de absorción de nutrientes, así como un incremento en el transporte de azúcar, están formados generalmente por una complicada trama de diversos componentes genéticos fácilmente reconocibles. Una vez identificadas estas características, podrán observarse más adelante en otras plantas y brindarnos valiosas indicaciones para su mejora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...