
GREGORY MEYER
Como director de commodities en Standard & Poor‘s en Nueva York, Michael McGlone tiene una butaca en primera fila en los mercados de futuros de granos. Pero también cuenta con otra ventajosa perspectiva: su familia es dueña de 19 hectáreas en el norte de Indiana, un estado mayormente agrícola.
Contó que últimamente escucha que en zona dicen: “Este año, es maíz, maíz y más maíz”.
Los productores agrícolas de Estados Unidos concuerdan. El Departamento de Agricultura norteamericano (USDA) informó ayer que este año se sembrarán casi 36,9 millones de hectáreas de maíz, 5% más que el año pasado, la segunda mayor superficie dedicada al grano desde la Segunda Guerra Mundial. El informe del USDA, basado en una encuesta a más de 85.000 granjeros, ofrece un primer vistazo de la actividad en los campos este año
El auge de la siembra se produce después de que los precios del grano se duplicaran en el último año y que los inventarios cayeran a niveles peligrosamente bajos.
La demanda se mantuvo sorprendentemente bien este año pese al alza de precios, como respuesta al auge de la producción de etanol en Estados Unidos y a las fuertes exportaciones hacia países en desarrollo, incluyendo China.
En general, el reporte de la USDA demuestra que el incremento de los precios en todo el espectro de materias primas agrícolas provocaron una reacción masiva por parte del campo.
Dado que EE.UU. exporta la mitad del maíz del mundo, una tercera parte de la soja y hasta un quinto del trigo, los cambios en la oferta, la demanda y los inventarios norteamericanos tienen un impacto significativo en los mercados agrícolas mundiales.
Pero esta mayor oferta podría no ser suficiente respuesta para resolver la inminente escasez. De hecho, los mercados agrícolas de Chicago y Nueva York no se impresionaron con las ambiciones de los granjeros, dado que los futuros de maíz, soja, trigo y algodón subieron en respuesta a otro informe sobre los reducidos stocks de granos.
En los ocho principales cultivos que estudia la USDA, los productores quieren sembrar un adicional de 3,4 millones de hectáreas este año, lo que lleva el total a una cifra cercana a los niveles registrados en 2008, que fue la última vez que los precios agrícolas se dispararon. Sin embargo, ese incremento es menor a las 4 millones de hectáreas pronosticadas por el USDA a principios de este año.
Los economistas agrícolas también dudan, y hasta no creen que la superficie adicional cultivada llegue a 3,4 hectáreas; y están los analistas que esperan un aumento de sólo 2 hectáreas.
David Nelson, estatrega global en Rabobank, banco que otorga préstamos para agronegocios, comentó que los incrementos previstos en la superficie plantada en Estados Unidos son relativamente modestos, teniendo en cuenta la explosiva suba de los precios registrados el año pasado. “Eso recalca la limitada capacidad mundial para responder a esta situación extrema de escasez,” agregó.
El incremento general de la siembra será tan importante como la distribución por cultivo. Como todas las materias primas agrícolas registraron aumentos de precios durante el año pasado, es poco probable que los productores puedan plantar más superficie de todo. Algunos cultivos perderán, mientras que otros ganarán.
Actualmente los granjeros estadounidenses planean sumar hectáreas de maíz a expensas de la soja, cuyo stock también es bajo porque el rendimiento es inferior.
FUENTE: http://www.cronista.com/
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